Coleccionistas y enamorados de Bentley tienen una cita ineludible en la tradicional subasta de Gooding & Company en Pebble Beach. La casa, que todos los años remata en este enclave californiano famoso por sus campos de golf algunas de las más relucientes joyas de la industria de la automoción, pondrá a la venta uno de los coches más exclusivos que jamás ha pasado por su carpa: el Bentley de producción más antiguo del mundo.
El vehículo en cuestión, un muy bien conservado 3-litre de 1921, solo fue precedido por dos unidades experimentales, una ya desaparecida, y otra en propiedad de Bentley.
La mera supervivencia del coche ya es un triunfo en sí mismo, puesto que además de escapar a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el coche fue usado por sus dueños (no se especifica por cuántas manos pasó) para correr en competiciones durante los años 40. Más tarde fue adquirido por un aficionado estadounidense, que entre 1978 y 1986 lo sometió a una desigual restauración a plazos. Finalmente, su actual propietario lo rescató para dejarlo en su estado original, conservando la carrocería, el motor y la transmisión, todos ellos de serie. Ahora quiere desprenderse de él para centrarse en su colección de Rolls-Royce antiguos; una actividad que podrá desarrollar fácilmente con el dinero que podría recaudar con la venta de esta preciada reliquia
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